La enfermedad de crohn es difícil de tratar ya que su etiología es desconocida. Frecuentemente la parte más afectada es el íleon terminal. Cada vez se están esclareciendo más aspectos de su patogenia; se considera probable la implicación de factores desencadenantes ambientales de naturaleza aún no determinada (tabaco, infecciones, componentes de la dieta, etc.) Esta es una enfermedad crónica e incurable. Pero actualmente hay una serie de tratamientos médicos y quirúrgicos que ayudan a paliar este problema.
No hay una dieta concreta que demuestre que palia los síntomas de la enfermedad de crohn pero si está demostrado que ciertos alimentos intensifican sus síntomas (leche, alcohol, fibra...).
Los síntomas más frecuentes de esta enfermedad son los dolores abdominales y la diarrea aunque también puede haber rectorragia, fiebre, infección anal...
Hay que decir que el estrés tiene una influencia determinante en la enfermedad de crohn ya que, si llevas una vida estresada, tu aparato digestivo se ve afectado. Por tanto podemos deducir que si hacemos ejercicio físico reducimos el estrés y si reducimos el estrés disminuimos la posibilidad de notar los síntomas de la enfermedad.
Podemos hacer diferentes ejercicios como por ejemplo, salir a caminar una hora diaria, hacer natación, ejercicios de relajación. Otra forma de controlar el estrés es aprender a relajarse, con ejercicios de meditación, relajación, yoga etc. La lectura relaja el cuerpo y entretiene la mente.
Lo importante al principio no es la intensidad, sino ser constante, hacer aunque sea un poco cada día, y tratar de disfrutar del momento. Si se asocian al momento del deporte sentimientos y sensaciones positivos, será mucho más llevadero. Lleva varios meses coger algo de forma, ir acompañado de alguien amenizará y hará más llevadero el momento.
Si padeces la enfermedad de crohn y llevas una vida sedentaria piensa que quizás si haces un poco de ejercicio diario puede mejorar tu calidad de vida. Anímate, no lo dudes.
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