lunes, 22 de octubre de 2012

¡Tus huesos sí necesitan tu atención!

El movimiento es una factor de primer orden para que los tendones  y las articulaciones se mantengan en buen estado. No sólo eso, si no que también permite su recuperación después de una larga temporada de inmovilización. Pero también su uso en exceso y sin un calentamiento y preparación previa puede resultar muy perjudicial para la salud, llegando a provocar enfermedades como la artrosis o la tenosinovitis crónica (inflamación de los tendones).



Hoy hablaremos de la importancia que tiene la actividad física para el desarrollo correcto de los huesos, sobre todo en la infancia y en la pubertad. Para empezar es interesante conocer  la definición de pico de masa ósea.

  • Pero, ¿Qué conseguimos con la realización de actividad física en edades tempranas?

En todos los análisis se demuestra que tanto el contenido mineral óseo como la densidad mineral ósea son mucho mayores en niños que han iniciado una práctica deportiva que implique carga axial al compararlo con sus controles sedentarios. Dentro de las recomendaciones para actividad física en niños están todos aquellos ejercicios que sean de alto impacto, como correr y saltos, actividades que deben ser aplicadas de manera lúdica y variada para así lograr adherencia a este grupo.
En la infancia el propósito que se persigue con la práctica de deporte es la proliferación de la mayor cantidad de células óseas, y así poder combatir con éxito la degeneración ósea en edades adultas.

  • Si llevamos a cabo todo esto nuestra infancia y prepubertad tenemos mucho camino andado, pero hay ciertas circunstancias que pueden hacer que todo esto se vuelva en nuestra contra en edades avanzadas. 
-Temporadas en estado de reposo continuado debido a fracturas, o diferentes lesiones también provocan que las células óseas se vean alteradas.
- Factores como los genéticos, la mala nutrición (falta de calcio en la dieta), problemas de la regenación
ósea... provocarían la aparición de enfermedades óseas.
- También los factores ambientales como la excesiva humedad de una zona hacen que los huesos se vuelvan más débiles.

Cabe decir, que la práctica de ejercicios suaves aumenta ligeramente la masa muscular en mujeres de entre 20 y 70 años, más notablemente en la columna vertebral y en el calcáneo que en otros huesos. La práctica de carreras de fondo, como la maratón en personas de entre 40 y 60 años induce un incremento de mineral óseo en zonas determinadas de nuestra masa ósea.
Hay diseñadas distintos planes de actividades regulados para así evitar la pérdida natural de masa ósea que afecta al ser humano a partir de los 40-45 años, especialmente a las mujeres (osteoporosis postmenopaúsica). Decimos que especialmente a las mujeres menopaúsicas por una sencilla razón: Con la menopausia las mujeres dejan de producir hormonas (estrógenos y progesterona). Precisamente, una función de los estrógenos es evitar la reabsorción ósea. Esta función se ve interrumpida y, entonces, el esqueleto femenino literalmente se derrumba, a menos que se tomen las precauciones adecuadas.
En próximas entradas os daremos algunas pautas para evitar la reabsorción ósea durante la menopausia y  como favorecer la proliferación ósea en diferentes etapas.

Un obstáculo nunca es insalvable. Estela Pereyra.

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