La mala circulación es un problema muy serio y grave que
afecta a la gran mayoría de las personas mayores. Este problema puede causar
dolor en las extremidades, mala coloración de las mismas, temperatura
desajustada e incluso puede afectar al riego cerebral. Este problema se agrava
cuando dichas personas sufren dificultades de movilidad, ya que el hecho de no
poder moverse acentúa todavía más la mala circulación. En esta entrada vamos a
daros una serie de consejos para que aquellas personas que se mueven con mucha
dificultad puedan mejorar su circulación; si resultara muy complicado realizar
los movimientos, pueden ayudar a realizarlos otras personas de manera suave.
Para luchar contra la mala circulación conviene que movamos
todo el cuerpo, sobre todo las extremidades que es el lugar más frecuente al
que afecta esta. Moveremos todo el cuerpo de manera ordenada.
Comenzaremos por los pies. Podemos flexionarlos y estirarlos
alternativamente, hacer círculos con ellos a un sentido y a otro y si nos
encontramos con los pies apoyados en el suelo podemos pisar alternativamente
con la punta y el talón. Seguiremos con las rodillas, levantándolas y
bajándolas del suelo, luego las estiraremos y flexionaremos (podemos hacerlo
con las 2 juntas o primero con una y luego con otra).
Seguiremos con las manos y los brazos. Para mejorar la
circulación en las manos podemos simplemente coger una pelota blanda y
apretarla y aflojarla alternativamente. Seguiremos haciendo círculos con las
manos hacia adentro y hacia afuera. Posteriormente
flexionaremos y estiraremos los codos, repitiendo con estos el movimiento
circular. Levantaremos después los hombros, los aguantaremos unos segundos y
los pondremos en posición horizontal; aguantamos unos segundos y los dejamos
caer de nuevo.
Para mover el cuello es imprescindible hacerlo con mucho
cuidado y lentitud, para evitar lesiones cervicales y posibles mareos. Se recomiendan hacer movimientos circulares
para comenzar y luego mover la cabeza a
los lados (como cuando decimos que no) y luego de arriba abajo (como cuando
asentimos).
Si la persona se sostiene de pie, puede también realizar
giros con las caderas hacia los lados y arriba y abajo. También puede doblar la
columna vertebral hacia adelante y colocarse en posición normal después.

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