jueves, 15 de noviembre de 2012

Influencia de la actividad física en la osteoporosis


¡Hola amigos! En la entrada de hoy vamos a explicar de qué manera el ejercicio físico nos ayuda a prevenir una enfermedad tan seria como es la osteoporosis. En entradas anteriores os ofrecimos una lista de ejercicios recomendados para tratar y mejorar los síntomas de esta enfermedad; pues bien, veamos a grandes rasgos que beneficios nos aporta la actividad física en la lucha contra esta patología.
  

La osteoporosis es una enfermedad sistemática del esqueleto, que consiste en una paulatina reducción de los niveles de masa ósea que van debilitando al hueso haciéndolo más frágil y susceptible de fracturas. Se encuentra relacionada con la edad, desarrollándose durante el envejecimiento y afectando con una mayor incidencia en el sexo femenino  debido principalmente a las consecuencias de la menopausia. Se ha constituido como uno de los problemas de salud de mayor importancia en los últimos años, aunque no por lo referido a la enfermedad ósea en sí, sino a las consecuencias que acarrea a las personas que la padecen (fracturas óseas). Su importancia recae en la gran incidencia y el gran coste sanitario anual, convirtiéndose en un serio problema de salud pública. Según diversos estudios, el 70% de las fracturas por encima de los 45 años están provocadas por la osteoporosis.

  
  Para el abordaje de este problema destacamos como pilar básico en la lucha contra la osteoporosis, la prevención. Ésta, toma su mayor relevancia durante el crecimiento y el desarrollo de la persona, según lo indicado por la mayoría de los autores. El llegar a conseguir un mayor o menor aumento de densidad ósea va a estar estrechamente relacionada con el tipo de actividad física a realizar, obteniéndose los mayores resultados en aquellas que implican gran impacto y trabajo en contra de la gravedad.

Lo que se pretende con la realización de actividad física es:

1.    Aumentar el nivel de masa ósea en edades tempranas. Bajo el punto de vista preventivo, la realización de actividad física es un factor imprescindible en estas etapas para alcanzar el máximo pico de masa ósea antes de que se produzca el inicio de su pérdida en edades más avanzadas. De esta forma será la realización de ejercicio físico la primera pauta preventiva desde la niñez como estrategia necesaria para la formación ósea, proporcionando protección contra los riesgos de osteoporosis en otras etapas de la vida.

2.    Disminuir la pérdida de densidad ósea en personas de edad avanzada.      En estas edades, es de vital importancia el estar sujeto a un ritmo de vida activo y no a uno pasivo, de tal forma que, la realización de un ejercicio físico regular podría reducir el riesgo de fractura;  por este motivo se hace especialmente relevante en edades avanzadas el aconsejar la inclusión en los programas de prevención y tratamiento de la osteoporosis a través de la actividad física.  La prescripción de actividad física en edades avanzadas debe hacerse con precaución, ya que, es en estas edades, cuando más riesgo de complicaciones se puede producir.  Aun cuando se le dé prioridad a los ejercicios de fuerza, no se deben obviar los riesgos a los que están sometidos. También hay que tener en cuenta que, la realización de actividad física no evita la pérdida de masa ósea, pero sí la reduce.

3.  Evitar el riesgo de caídas por deficiencias en las habilidades neuromusculares. La realización de actividad física ayuda a mejorar la coordinación  y el equilibrio además de trabajar las habilidades neuromusculares del individuo; todo esto nos será de gran ayuda a la hora de evitar posibles caídas, que serán las detonantes de las fracturas.

Por todo esto deberemos de tener en cuenta que la realización de actividad física puede ser una alternativa eficaz para luchar contra la osteoporosis tanto desde el punto de vista preventivo como desde el terapéutico.

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