La vejez no mejora el corazón; lo endurece.

Hoy veremos que le pasa al corazón de un deportista. 

El corazón es un órgano que suministra sangre y oxígeno al resto de tejidos de nuestro organismo. 

Está dividido en cavidades llamadas aurículas, que reciben la sangre; y de ventrículos, que se encargan de impulsarla al resto del organismo mediante arterias y venas. Entre las aurículas y los ventrículos se encuentran  las válvulas cardíacas, que dejan pasar la sangre en un sólo sentido.

Cuando percibimos que vamos a realizar un esfuerzo físico la frecuencia cardíaca aumenta en diez o veinte pulsaciones a las pulsaciones de reposo. Esto se debe a la expulsión de adrenalina por el organismo (estímulo adrenérgico). Así se ve alterada la función cardiorrespiratoria. Una vez que continua el esfuerzo siguen aumentando las pulsaciones por minuto aunque más lentamente. Esto es debido a que existe una distensión mecánica y llega mayor cantidad de sangre al corazón la cual hay que evacuar con solvencia. Cuando el nivel de esfuerzo supera el 90% del consumo máximo de oxígeno, la frecuencia cardíaca ya no suele modificarse a pesar del aumento de requerimento de aporte de oxígeno. 

Transcurridas aproximadamente, diez semanas de ejercicio activo podemos afirmar como ejemplo que: Cuando anteriormente las pulsaciones en reposo eran de setenta y dos por minuto ahora descienden a sesenta y cinco o menos. Esto se puede explicar por que, de alguna manera el músculo cardíaco "se estresa" en menor medida ante las mismas cargas de trabajo que antes. 

¿El volumen del corazón de un deportista varía con respecto a una persona sedentaria? 

La respuesta es no, a no ser que el programa de actividades sea muy intenso y prolongado.

Muchos estudios afirman que una persona de sesenta y cinco años que realiza una hora de actividad física planificada al día, está en muchas mejores condiciones físicas que una persona de cuarenta años sedentaria. 

Beneficios del ejercicio físico en el corazón:

• Se agrandan las cámaras del corazón.
• Majan las pulsaciones por minuto. 
• Mejora la tensión arterial. 
• Mejora la capacidad de transporte sanguíneo. 
• Aumenta la calidad y densidad de los glóbulos rojos.  

El corazón también necesita mantenerse en forma, así que no debemos dejarlo nunca de lado y pensar que realizará correctamente sus funciones siempre, por que algún día por causas que se podrían haber evitado podríamos llevar un gran susto.